Editorial
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), informó que el Ejército de la Pobreza en México acababa de reclutar a dos millones más de mexicanos a sus ingestas filas mientras los ministros de la SCJN apenas les reducen un 25 por ciento de su salario que oscila en casi 600 mil pesos. Por más que los políticos se aboquen en la lucha contra la pobreza, la reducción de la brecha entre clases altas y clases bajas, y la preocupación por los ciudadanos, sus acciones, sus gastos y sus percepciones económicas dicen lo contrario. Tan solo hay que recordar la abundancia en prerrogativas a la que tienen acceso los legisladores: jugosos aguinaldos, costeo de alimentos y hasta gasolina. A parte de eso, se dan el lujo de gastar millones de pesos en sus viajes de representación en tiempos de “vacas flacas”. Urge que los legisladores también se aprieten el cinturón, porque sus gastos solo reflejan la falta de conocimiento de la realidad en que viven.