La capital
Marcelo VILLANUEVA LUNA
A lo que se tendrá que enfrentar el nuevo alcalde de Chilpancingo Antonio Gaspar Beltrán, es a las demandas de los aguerridos y exigentes antorchistas, quienes ya les hicieron llegar su pliego petitorio, así que las nuevas autoridades de Chilpancingo tendrán que darle solución urgente a los antorchos, de lo contrario le van a tomar el Ayuntamiento o van a tener que verse en la necesidad de bloquear calles en el centro de la capital del estado.
Los antorchistas tienen fama de ser bloqueadores de calles, de hacer marchas y plantones como una vía de presionar al gobierno. Ellos no apoyaron a López Obrador, ellos votaron a favor de Meade, o sea a favor del PRI, es un grupo radical del tricolor desde su nacimiento.
Este grupo siempre estuvo en contra de López Obrador y de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, cuando estos eran jefes de gobierno en el Distrito Federal, siempre los criticaron por no resolver las demandas de los antorchistas y que ellos consideran como justas.
Al asunto aquí y que debe tomar en cuenta y muy en serio el nuevo edil capitalino, es que los antorchos no tienen llenadera, ellos quieren que les pavimenten calles, que les construyan escuelas, sistemas de agua potable, drenaje, láminas galvanizadas, cementos, electrificación, fertilizantes, proyectos productivos, entre otras demandas que han venido exigiendo desde la fundación de este grupo priístas.
Ellos son dependientes de papá gobierno, quieren y exigen que el gobierno les dé todo, les resuelvan sus demandas en su totalidad y cuando no se cumplen esos caprichos, recurren a la presión, como son: bloqueos de calles, tomas de oficinas pública, volanteos en las calles, pintas de leyendas en las bardas y paredes de las ciudades, marchas en las principales calles y consignas acusando a los gobiernos de no querer resolver las demandas de los antorchistas.
Gaspar Beltrán va tener que lidiar con este grupo radical de priísta y que se movilizan por cuestiones políticas, económicas grupales. El nuevo edil tiene que actuar de una forma muy inteligente, por ejemplo darles algunas migajas para tenerlos contentos; él no puede pelearse con nadie, sino que tiene que sobrellevar la situación, al fin y al cabo que este grupo no tiene llenadera, las dan una cosa, pues luego piden otra, les cumplan con algunas demandas, cuando al rato exigen que les den otros beneficios, es un cuento de nunca acabar.